Creatividad.

Habilidades matemáticas:

secuencia, medidas,
comprensión del tiempo.

Lectura:

numérica, símbolos y reconocimiento de palabras.

Química:

combinación de alimentos, temperatura, causa y efecto.

Paciencia y autocontrol:

esperar que las cosas salgan del horno es realmente un desafio.

Observación:

observar, describir y predecir los resultados. Habilidad para seguir instrucciones.

Sentido del trabajo en equipo.

Pequeñas habilidades motrices:

coordinación vista-mano.

Conocimiento
sobre los alimentos:

familiaridad con las frutas, vegetales y otros ingredientes, técnicas y procesos. Conciencia sobre los alimentos que comemos, qué son y de dónde provienen.

Fuerza y resistencia:

batir la manteca para un niño no es tan fácil como para un adulto.